Aunque la decoramos con un poquito de historia.
Érase una vez
un matrimonio que vivía en el molino de la nutria, en verano tenían un
frondoso huerto en la vega del río, pero su principal fuente de ingresos
era el molino, donde acudían los campesinos para moler el grano. Los
inviernos eran muy duros y fríos, por lo que en esta estación se
trasladaban a vivir en el pueblo. En un gran charco de aguas cristalinas
no muy alejado del molino vivía una
nutria que reinaba en esta parte del río; esta nutria creció de una
manera descomunal, los molineros rara vez la vieron, es un animal muy
esquivo y tampoco sabían el porqué de ese crecimiento.
Un día del
duro invierno van a pasar la noche en el molino, pues estaban de
reparación de algunas cosillas del molino y decidieron quedarse allí.
Esa noche fueron atacados por la enorme nutria y esta les devoró. El
pueblo estuvo investigando el suceso sin quedar claro el porqué de este
ataque, aunque los restos encontrados en la cueva de Álvarez, donde se
había realizado una hoguera y junto a esta había desperdicios de una
cría de nutria, dieron a pensar que la monstruosa nutria les ataco en
venganza creyendo que la pareja fue la culpable de la captura de sus
crías.
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