Marcador

lunes, 9 de marzo de 2020

Castro celta de la coraja (ALDEACENTENERA)

El castro celta de la coraja (Aldeacentenera)
La acrópolis está situada en la cima de una colina y entre dos ríos, el Almonte y el moro, fue estudiada en 1984 y data del siglo V ac.
Esta ruta la iniciamos en coche desde Deleitosa o desde Torrecillas de la tiesa y lo aparcamos cerca del puente el cual cruza el rio Almonte. Ascenderemos rio arriba, si subimos por el margen derecho podemos ir más cómodos y visitar un viejo molino pero en algún momento tenemos que cruzarlo y no hay puente, cuando llevemos 2 km remontando el rio solo nos queda ir ascendiendo a la colina donde está situado el poblado vetón.
Os recuerdo que no hay sendero, solo es ir a orillas del rio y tal vez cruzar alguna alambrada.
                    Molino en el almonte
                               Viejo caserio
                 Río almonte desde la acrópolis
                           Restos del poblado           
                                 Restos del poblado

La cabeza del moro (leyendas de las villuercas)



Leyendas de las Villuercas: la cabeza del moro
España está dominada por el pueblo musulmán donde a día de hoy aún se conservan grandes y majestuosas fortalezas.
A primeros del siglo XI cañamero está invadida por los moros, establecidos en el castillo que construyeron en la montaña que domina el pueblo, entre estos se encuentra un joven guerrero al mando de  una unidad de soldados que cabalgan por la sierra de Berzocana con dirección al castillo de Cabañas para intercambiar información, en su paso por uno de los barrancos que bajan de la sierra el joven se fija en una serrana que se encuentra lavando ropa en un charco, desde ese momento queda totalmente prendado de la serrana, tanto que no tardara acercarse desde cañamero para encontrarse con ella, él le pide cortejo a lo que ella se niega, Pero el moro que queda profundamente enamorado no se da por vencido y este sigue visitándola tratando de conseguir su propósito, hasta que un día la muchacha se la sierra decide contarle  y que su corazón  corresponde a un molinero del pueblo, pero el moro insiste y cada vez visita el lugar con más frecuencia, aunque solo sea para observarla mientras la joven lava la ropa en el barranco, tanta fue su constancia y su amor hacia ella que cada vez pasaba más tiempo sentado sobre unas rocas esperando que apareciera entre el bosque, y así hasta que su estancia en el lugar se fue alargando y pasando las noches allí sentado, el invierno llego y los hielos cubrieron su cuerpo, con la llegada de la primavera el hielo se fue derritiendo y su cuerpo quedo Petrificado en el lugar  que hoy se conoce  como la cabeza del moro.