Ruta mixta de btt y senderismo y que requiere buen nivel físico.
Arrancamos
con la bici desde al Puerto de San Vicente (Toledo) y tomamos la pista
que conduce a Navatrasierra, iremos por la solana de la ladera de la
sierra de Altamira. Poco a poco iremos remontando el río guadarranquejo
(afluente del guadarranque) después de un largo recorrido por la pista o
camino de matallana y a la altura de los riscos altos, escondemos
nuestras monturas para adentrarnos en el monte, aprovechamos una raya
limpia que nos favorece el ascenso y tomamos como referencia unas rocas
anaranjadas que nos indican la posición de la cueva. El trayecto es duro
de ascender, la pendiente es muy pronunciada y al terminar la raya, hay
que ir buscando los claros del monte y aprovechar las pedreras para ir
ascendiendo lo más cómodamente posible.
Una vez arriba hay que
practicar algo de escalada, puesto que la cueva se encuentra a unos
metros sobre una repisa. Superado el desnivel solo queda visitar la
cueva (aconsejable llevar linternas y mascarilla para la nariz) esta
dispone de una oquedad tipo túnel que a su vez se bifurca en varios
ramales, pisaremos despacio ya que hay tanto polvillo acumulado en el
suelo que nos molestara para respirar (supongo que este polvillo son los
restos de las secreciones de los murciélagos)
Cuenta la leyenda que
alguien tuvo que huir rápidamente y quedó un cofre con doblones
escondido en algún lugar de la cueva. También cuenta la historia que
esta fue refugio de las partidas de quincoces, chaquetalarga y el
francés, famosos maquis de la pos guerra civil, incluso aquí dio a luz
alguna de las guerrilleras que acompañaban a los anteriormente citados.
Alguien coloco una bandera republicana en el interior de la cueva en
homenaje a los guerrilleros que aquí habitaron.
Descendemos a tierra firme y antes de emprender la bajada, buscamos a pocos metros unos paneles con pinturas rupestres.
Ultimo vistazo a la sierra de la palomera y bajamos a por las bicis para regresar al punto de partida
Fin de la ruta
