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viernes, 26 de junio de 2015

Aventuras en bici



                                                             La bici y el estrés
Año-2013
De estas mañanas que te levantas cabreado por causas del viaje de la vida y necesitas descargar tu rabia interior.
Después de desayunar y rematar algunos asuntillos, rebuscas en la cocina algo de fruta, llenas el bidón de agua, te pones el casco y la miras, observas como descansa apoyada sobre la pared del garaje, caminas hacia ella, la coges por los manillares y la sacas a la calle, la apoyas sobre la pared mientras cierras la puerta del garaje, ahora es el momento de echarle los pantalones encima y encaminarte con dirección a “barbellios”, procuras disimular la rabia saludando a quien te encuentras por la calle hasta salir del casco urbano, dejo el asfalto con la vista puesta en coronar el alto de risco de matacabras, cruzo el arroyo y en pocos metros comienza el ascenso por el camino de la madrila, al principio comienza con una rampa, es corta y se hace sin apenas esfuerzo físico, sigo durante poco más de 1 km en ligero ascenso hasta que cruzo el arroyo de la madrila, aquí la cosa ya se empieza a empinar, los últimos 100 metros hasta alcanzar el asfalto de la vieja carretera son de respeto, tomo dirección al puerto por asfalto y a escasos 300 metros me desvío por la derecha para coger un sendero (el camino antiguo de Berzocana)
Esto es todo un desafío, tras pocos metros de sendero, pies a tierra para saltar una pared de piedras, de nuevo en la vereda vamos ganado altura para llegar a una zona técnica de piedra suelta, a trancas y barrancas logro mantenerme encima de la bici, empiezas a sacar la maldad que llevas dentro y te crees parecer al temible Aquiles, hasta que pufs, el primer porrazo, un simple golpe pero que te vuelves a subir a y te dispones a comerte la vereda, aún no te has recuperado del dolor y plas, otra vez, te vuelves a incorporar y sigues batallando, esta vez avanzo unos buenos metros, me enfrento a el paso de un barranco y me la vuelvo a pegar, esta vez la reacción de volver a ponerme encima de la bici es más lenta, la mala leche interior ha ido saliendo de mi pero las potencia también, progresamos el ascenso y me lo tomo con más calma y llego al segundo barranco, este hay que descabalgar, que por la dureza de la pendiente y lo mal estado del suelo no queda más remedio, salida de nuevo al asfalto que en este caso solo hay que cruzarlo, dejo atrás la hoya de barrambones y tomo el camino de fuente blanca, hay que tomárselo con calma porque la subida tiene fuertes pendientes y después de la lucha contra las adversidades del terreno y que uno ni es Aquiles ni leches, ya va uno calentito, al llegar al puerto, glorieta y carretera de Navezuelas, la cual abandono a escasos metros de la glorieta para coger la pista que sube a la madrila, esta empieza con una ligera subida, giro a la izquierda y es hora de sacar los demonios que aún te siguen torturando en el interior, llega una curva a la derecha que a duras penas consigo trazar, y sin tiempo para recuperar, otra curva a la izquierda, esto es un infierno, el cansancio y la barbaridad de la rampa me obligan a desmontar, llega la suavidad de la pendiente y vuelvo a montar, llega una leve bajada y aprovecho para coger velocidad para lo que se avecina, en un momento le meto todos los piñones disponibles, pero aun así no consigo subir ni 15 metros (solo los reyes del olimpo serían capaces de tal hazaña, suelto las 2 ruedas y cojo las 2 patas, poco a poco voy ganado metros de ascensión hasta coronar el risco de matacabras, por unos momentos te olvidas de todo y solo te concentras en lo que dominas desde más de 1000 metros de altitud, aquí no hay reglas, solo estas tú y las montañas, momento que aprovechas para devorar la fruta extraída del frigorífico. De vuelta a la raya para coger de nuevo la bici y quemar adrenalina en una bajada de escándalo, descenso que comienza donde dejamos la 2 ruedas y que sin abandonar la pista forestal y al llegar donde el terreno nos dibuja una V, cogemos una nueva trialera (la ruta de los molineros) una bajada muy técnica con mucha piedra suelta y escalones de roca, la llegada a una zona de raíces y terreno muy resquebrajado motivan que vuelva a revolcarme, con la adrenalina por la nubes, apenas sientes dolor y enseguida te encuentras con una pista que tomamos a la izquierda y la seguiremos por escasos 2 km, para volver a desviar por el sendero a nuestra izquierda, donde hay que tener mucho tacto con frenos y un gran desgaste físico por mantenerte encima de la bici, llagada al río con una fuerte curva a derechas que trazo con muchísima dificultad y proseguir por la parte final del sendero, de nuevo en pista, esta vez la que rodea el pantano del fresno, llegada al centro de interpretación de la zona zepa y aprovechamos para rodar por la bajada del circuito de xc que nos llevara por zonas técnicas y terminar en la bajada del matadero, aún siento que queda algo en mi interior que debo eliminar, me dirijo al molino para cruzar el río y bajar por el desfiladero del ruecas, la bajada es rápida y sin dificultad hasta la llegada al pantano viejo, cruzo la carretera de Guadalupe y bajo por las escaleritas para cruzar el puente sobre el río ruecas y coger un senderito que me lleva la puente de los tubos, aunque ya las fuerzas van al límite, me decido por hacer la crono escalada de la ”verea” de la Virgen o cuesta del coscorrón, encaro la 1ª rampa, el empedrado de la calzada me ayuda con la tracción de la rueda pero que me cuesta superarla, hay unos metros para recuperar hasta la llegada a la curva del “sardinero” hora de recordar el cabreo que me empujó a salir esta mañana de casa, giro a la izquierda y en unos metros “molinillo” y a sufrir, se acerca el hormigón de la curva del coscorrón, hay más agarre pero la pendiente alcanza su pendiente máxima, uf, pequeño y corto llano para reponer y llegar a la fuente del coscorrón, se vuelve a empinar, aquí no hay gel ni barritas energéticas y la naranja y la manzana se quedaron al principio de la rampa, solo queda retorcerse encima de la bici y tirar de golpes de riñón, poco a poco notas que la cuesta va a menos y empiezas a bajar piñón, llegada a la curva de “Martirian” y nos encontramos con un tramo para recuperarnos y afrontar la rampa final, la cual la terminas de subir más síquicamente que físicamente (puesto que la física de ha diluido como la espuma de la Coca-Cola cuando la viertes en un vaso) llegada a la era de las escarihuelas y como tengo mi casa a escasos 5 minutos, pienso que por hoy ya ha sido suficiente……………………….
Que llegué a casa más suave que un guante.





              Aventuras en matalascañas

                        Verano 2012


 Todo comenzó el lunes por la tarde en la recepción del hotel en el cual nos hospedábamos, le pedimos al recepcionista información de alquiler de bicicletas para realizar alguna ruta. Contactamos telefónicamente con vamos a llamarle “el” para lo que nos propone desplazarnos hasta la tienda y así poder ver el producto y de paso comentarnos alguna ruta para hacer al día siguiente. Cuando a las 6 de la tarde todo cañamero alojado en aquel hotel esta disfrutando de la siesta, de la piscina o de la playa, Ricardo y yo nos dirigimos a una parada de bus para conocer el producto, allí estábamos los tres, Ricardo yo mismo y el sol, debajo de la marquesina nos estábamos friendo por lo que no nos quedo otra opción que salir a tomara aire y venga espera que te espera y por fin al cabo de no se cuanto, vemos el bus pero el conductor debió de venos como dos bustos decorativos que había puesto allí el ayuntamiento, nos miramos el uno al otro y decidimos acercarnos al sitio a pie, marchamos pues, recorrimos el paseo marítimo de Matalascañas hasta que se acabo, preguntando llegamos hasta la avenida de la tienda, Ricardo tira de teléfono y contacta con nuestro personaje, le indica donde nos encontramos y nos contesta que miremos hacia el otro lado, allí estaba “ el” saludándonos con la mano. Nos acercamos, nos presentamos y nos enseña el producto ( suspensión delantera, 18 velocidades, cambios no seque, parecía que nos la estaba queriendo vender) pasamos a la oficina y hacemos la reserva que esta consistía en pagar el alquiler de las bicis, 7 bicis para 7 aventureros, con la condición de que nos tiene que recoger en la puerta del hotel al día con un microbús a las 7 de la mañana para trasladarnos hasta la tienda y arrancar desde allí por la ruta que” el” nos aconsejo. Martes 6:45 hora zulú, suena el despertador y para no encender la luz y molestar al resto de durmientes que había en la habitación y primer ostión me lo doy con la pata de un mueble en el pie, sale uno como puede de la situación y me planto en el pasillo, aparecen por allí Chema y Marcelino, salimos a la puerta y ya están Alejandro y Juan Luis, también aparecen Ricardo y José Luis, todos puntuales: 7 hora zulú, ¿a que adivináis quien falta? esperamos y al cabo de 15 minutos aparece “el” con su microbús, subimos a bordo y partimos hacia la tienda, allí dentro no había conversación, solo miradas y el ruido de las ruedas en el asfalto, a mi mente solo llegaba el recuerdo de una frase que hace muchos años nos decía mi madre a mi hermano y a mí ( hijos, no montéis nunca con desconocidos) . Llegamos al sitio y venga, la primera que sale por la puerta me la pido, primera toma de contacto con el producto, 2 o 3 pedaladas tanteo de frenos intento fallido de un caballito, la apoyo contra la pared y espero a que cada uno coja su montura, algunos retoques, algo de presión a las ruedas y primera instantanea para el recuedo, abro mochila saco camara y ¡ hay va, no tengo batería! Es la primera vez que me pasa ( con los que suelo salir saben que no mieto ) ¿VERDAD? No hay problema, Juan Luis trae una con batería, todo el grupo armado nos disponemos a partir, “el” dice que nos lanza, sale imponiendo un ritmo frenético, demoledor, zigzagueando entre una senda de pinos, había que mantener el rebufo para no perder la estela, ya por fin llegamos a una rotonda donde nos indica la ruta a seguir y abandona la expedición. Fin de la primera parte.

LAS DESVENTURAS DE CAÑAMERO POR TIERRAS DE MATALASCAÑAS II
Todo el grupo va disfrutando del paisaje y de la brisa de la mañana, algún que otro derrape por medio de la pista y alguna imagen para el recuerdo, todo sucede con normalidad hasta que Chema se carga el pedal de la bici. Sin el pedal es imposible la marcha y recurrimos a llamar a nuestro personaje, teléfono en mano y contamos el percance a lo que “el “nos pregunta que donde nos encontramos, si nos preguntas en el pueblo que donde está el lote de tío milana o por el huerto del serenge pues como que te hacemos un plano detallado pero en mataslascañas que lo único que conocemos es un pedruzco en medio de la playa que si lo hubiéramos pillao en cañamero ya lo hubiésemos aprovechao para levantar algún portillo. Un ratito de cháchara y cachondeo hasta que de divisa una furgoneta, aparece “el” y trae una bici de repuesto, reanudamos la marcha y como el final está cerca, nuestro personaje se queda. Menos mal que se quedó pues el siguiente en eschangar la bici es Marcelino, manillares dislocados y mientras “el” los repara el resto del grupo se acerca por una pista de maderos que nos conduce hasta el final de la ruta con terminación en un acantilado, una paradita para disfrutar de las vistas, unas fotos y vuelta para recoger a Marcelino. Con el traqueteo de los maderos a José Luis se le disloca el asiento y como podemos llegamos a la asistencia donde termina con Marcelino y reparamos el asiento. Damos por concluida la asistencia y “el” se va mientras nosotros tratamos de aligerar el paso para llegar con hora al desayuno (el restaurante cierra a las 10:30) con la potencia de pedaleo le toca el turno para Alejandro que se cepilla una biela, de nuevo parados y a esperar la asistencia el cual es trasladado junto a su padre en la furgoneta, el resto continua forzando el ritmo para llegar con hora al comedor y tanto que en una zona de baches el Chema que la vuelve a liar, esta vez se carga los manillares y ya no hay tiempo para llamar a nuestro personaje, como puede se las apaña para llegar al punto de partida, entrega del producto y 10:20 hora zulú (quedan 10 minutos para el cierre del comedor) pero no hay problema ya que conocemos las dotes de “el” al volante, todos a bordo y a esperar acontecimientos , pero la energía de conducción obtenida por la mañana se había ido diluyendo de la misma manera que el sol se va poniendo al atardecer. 10:30 llegamos al destino. No habían cerrado el comedor, la noticia se había propagado y llego a oídos de todos los allí presentes, allí entramos nosotros, como los toreros cuando acaban la lidia y el público los vitorea.
                                                             Fin de la historia
 















 
 
 

viernes, 19 de junio de 2015

Leyenda de la fuente de risco gordo (leyendas de las villuercas)



El cabrero
Amanece en la sierra del pimpollar,  como cada mañana el pastor madruga para ordeñar las cabras y sacarlas a pastar a las montañas, para esta época del año las temperaturas ya eran altas, por lo que los riachuelos y barrancos donde suele haber agua en invierno ahora se encuentran secos, a si que aparte del morral, el hacha y el sombrero, tiene que ir cargado con cantimplora de agua, a medida que las cabras van ascendiendo hacia lo alto de risco gordo, el sol va cobrando fuerza, ya en la cima el calor se acentúa y el cabrero decide acercarse a la fuente de las costas para dar un trago de agua fresca, esta se encuentra en la solana de la sierra y dentro de una cueva, por lo que el agua se mantiene fresca en comparación a la que lleva en la cantimplora, esta fuente tiene una forma de cuña entre las rocas, lo que hace difícil beber a bruces y sobre todo si somos un poquito cabezudos, el pastor con la ganas de saciar la sed no midió bien la posición de la cabeza y quedose entretallado con la cabeza entre las rocas, cuanto más bregaba para salir, más entretallado se quedaba, en estos momentos se acercaba por el lugar un ladronzuelo que se aprovecho de la situación para quitarle los zapatos al pastor y darse a la fuga.
Fin