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sábado, 21 de diciembre de 2019

Castillo de Cañamero

 Según consta en los archivos del pueblo el castillo tiene su origen a principios del siglo XIII, construido a manos de los árabes primero y que luego en el año 1220 después de luchar en la batalla de las Navas de Tolosa vino a parar a manos del príncipe leonés Sancho Fernández, el cual murió durante una cacería bajo las garra de un oso. Más tarde, a mediados del siglo XV la fortaleza llega a manos de Diego de Orellana, este se convierte en un bandido y un saqueador, motivo por el cual el rey Enrique IV ordena el derribo y la prohibición de no volver a construir ni castillo, ni fortaleza, ni edificio de ningún tipo en el lugar.
Nuestros antepasados nos contaban historias y leyendas de distintas épocas a lo largo de la historia del castillo y sus moradores, mi abuela me contaba que su abuela le contaba que aún se escuchaban historias de cuando los musulmanes merodeaban por el pueblo y la forma de sus rezos para cumplir con su religión. Otras leyendas que llegaron hasta nuestros días nos contaban donde se encontraban los mapas de sangre, los cuales era como unos planos de las galerías que bajaban de la cueva de la mora hacia varios lugares del pueblo, una de ellas se dice que bajaba hasta el mismísimo charco de la arena y que había que tener mucho cuidado durante el baño, ya que algunas veces esa galería formaba como un especie de remolino que podía succionarte.
Una ruta para visitar y revivir con la imaginación unos tiempos pasados y de los que apenas quedan unas ruinas y una cueva llenita de piedras, ruta que seguiremos para visitar el dolmen del mirador y las pinturas rupestres de la cueva de la Rosa y el abrigo de los vencejos.













Ruta por el castillo de cañamero y el mirador
Arrancamos esta en las afueras del pueblo, en los aparcamientos de encima del parque o frente al camelot, nos dirigimos a la poca pringue (calle Pizarro) y la altura del nº 86 nos desviamos por la calle jarilla donde nos espera una fuerte subida hasta la parte alta del pueblo, sin apenas tiempo para tomar oxigeno enfilamos el camino hacia el castillo, y si antes la pendiente era por hormigón y empinada, ahora es sobre tierra y más pronunciada la cuesta según vamos ascendiendo, sobre todo cuando abandonamos el camino a nuestra izquierda y se convierte en un sendero muy resquebrajado, con calma ganamos altura, llegaremos a la fuente situada en una cueva a la derecha del sendero de la cual no es aconsejable beber y si somos un poquito aventureros nos encaramamos a ver los mapas de sangre, volvemos al sendero y justo antes de coronar arriba, nos desviamos a nuestra derecha para visitar la cueva de la mora, volvemos a nuestros pasos para entrar al primer recinto del destruido castillo, los del pueblo lo llamamos las cocinas, un pequeño muro y nos da acceso a la parte más alta y donde se encuentran los restos del antiguo castillo, restos de murallas, torres incluso se puede ver la puerta de entrada al recinto. Si la subida fue trabajosa, en la bajada no tiene desperdicio, está la haremos por el lado contrario hasta llegar a la era de las escarihuelas, en la pista forestal la cogemos a nuestra derecha durante unos 150 metros y meternos en el sendero a la izquierda para llegar al mirador, las vistas del desfiladero del ruecas te invitan a la fotografía, es sus terrazas podemos encontrar arte rupestre y en la misma cima nos toparemos con el dolmen del mirador (conocido también como mesa de las brujas) terminada nuestra visita nos queda poco más de 1 km por la pista en dirección al pueblo y que nos lleva al parque y por tanto fin de la ruta.