En
las sierras de las Villuercas, se hallan cantidad de tesoros, tanto
geológicos como arqueológicos e históricos. Algunos se pueden visitar en
museos y otros muchos in situ. Pero hay algunos que con el paso del
tiempo los estamos perdiendo y estos no son recuperables ni podemos
visitarlos en los museos. Basta con retroceder unas décadas y trastear
sierra arriba y sierra abajo, toda una red de senderos
comunicaban unos pueblos con otros, las orillas de ríos, gargantas y
barrancos, eran mantenidas limpias de matorral. Todo ello era debido al
trabajo de familias enteras dedicadas al pastoreo y agricultura en estas
sierras. Poco a poco estas majadas se han ido convirtiendo en casas
señoriales y las fincas en paraísos cinegéticos. Dando lugar a la
perdida de senderos que aprovechan los terratenientes para cerrarlos y
que así perdamos el derecho a transitarlos como hacían nuestros
antepasados para transportar sus productos de unos pueblos a otros. Y
todo ello consentido por las autoridades.
Quedémonos con esta imagen del viejo roble vigilando una antigua majá derruida por su abandono.
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